Exposiciones
2019-2
“El presente no es suficiente. Es tóxico y está arruinado para los queers y otras personas que no sienten el privilegio de pertenencia mayoritaria, gustos normativos y expectativas “racionales”. -José Esteban Muñoz, Cruising Utopia
Si bien podemos reconocer su realidad actual en nuestra conciencia crítica así como socio histórica, no podemos sobrevivir en su aquí y ahora, debemos avanzar hacia nuestro allá y entonces. Es por nuestra propia supervivencia y autocuidado que anhelamos la simulación de un futuro alternativo. Nuestra personificación y encarnación requieren trans*gresiones severas porque no podemos vivir auténticamente en su realidad. Sus símbolos de identidad, de género, de sexualidad y de sentimiento, limitan quienes somos para nosotros mismos y quienes podemos ser el uno para el otro. “El simulacro nunca es lo que oculta la verdad - es la verdad que oculta que no hay verdad alguna. El simulacro es cierto”. -Eclesiastés
Juntos nos sintetizamos a partir de la simulación de nuestras propias realidades. A través de la autogeneración desafiamos la rigidez y la santidad de su “Verdad”, su “Falso”, su “Real”, su “Imaginario” y su “Delirio”. La precesión de nuestro simulacro comienza con una disipación de todas sus referencias. Usaremos sus Verdades como forraje para nuestra Revolución. Sin la coherencia violenta de su simbología, nos estamos convirtiendo en algo “más maleable que el significado” (Jean Baudrillard, Simulation and Simulacra). Entra en nuestra Hiperrealidad Por Sara Karina Pantoja
Permanecer y mantenerse en lo que sea que signifique vida, es la espera. Librarse de la muerte es la meta y para posponerla las fábricas que nos prometen salud, existen. En ellas se invita a ser paciente a esperar para una consulta, esperar para un diagnóstico, para un tratamiento. Adormilado se grita para ser oído, pero en la sala de espera los gritos no se oyen, solo voces que llaman turnos y el recetar del ambroxol y el paracetamol. No es un feligrés en una fábrica que anuncia sanación, pero es fiel a la palabra que le ha prometido el sistema del que es objeto.
La relación médico-paciente es la actividad básica de la medicina que pero hoy en día el sector salud es un complejo entramado de instituciones y empresas públicas y privadas. Jordi Sevilla en su libro ¿Médicos o Robots? La medicina que viene, señala que han surgido “cambios en esa relación es lo que en otros sectores se conoce por industrialización, en el sentido de incorporación de tecnología, estandarización de procedimientos y cambio de roles profesionales. Y, como en todo proceso de industrialización, lo resultante serán productos y servicios de más calidad, más baratos y accesibles a mayores capas de población”. La industrialización de los procesos médicos procede en un personal más eficiente y productivo, pero no siempre conlleva que reconozcan al otro como un igual y no como un número de cama. El sistema y la sobrecarga de trabajo convierte a los trabajadores del sector en parte de la maquinaria en una gran fábrica. Los esperantes, inmersos en la burocracia hospitalaria, la filosofía mecanicista y el sistema de salud; se encuentran pacientes y expectantes, permanecen inmóviles cual objetos en línea de producción a que el turno les llegue y la espera termine.